“Cal
no desestimar el fet de poder recórrer als clàssics de la literatura infantil i juvenil. Llibres com ara Pinotxo o les rondalles
de la nostra tradició cultural segueixen motivant nens i nenes. Aquest grup
selecte d’obres de literatura infantil ofereix la possibilitat de fer un
treball de lectura en veu alta per part del mestre i una tasca de reflexió
conjunta a classe.” BATALLA, SEGARRA.
2003. Lectura i llengua a primària. com formar lectors – p.35
“La
polèmica literària sobre la literatura infantil, d’altra banda, va referir-se a
la possibilitat de considerar “literatura” aquestes obres. No era un debat
sobrer si se’n volia reivindicar la utilització al llarg de tota l’escolaritat,
però sí que era un debat abocat a un carreró sense sortida teòrica. La polèmica
va dividir els ensenyants entre, d’una banda, els defensors de la literatura infantil i juvenil com a
forma literària amb les mateixes característiques -amb la mateixa
“literalitat”- que s’intentaven definir en aquells moments des de la
caracterització estructuralista de l’obra literària i, de l’altra, els qui
accediren, com a molt, a tolerar que els infants s’entretinguessin amb ficcions
narratives, versificacions i improvisacions dramàtiques mentre no accedissin a
la literatura legitimada de les novel·les, la poesia i el teatre.” COLOMER. 1994. L'adquisició de la
competència literaria P.39
“Aquest
nou plantejament de la investigació educativa ha contribuït a superar la polèmica
sobre la utilització de la literatura
infantil i juvenil a l’ensenyament. Com diu Genette (1972) “La literatura,
com qualsevol altra activitat de la ment, es basa en convencions que, amb
alguna excepció, són inicialment desconegudes”. El problema no será ja el de
classificar els textos entre “literatura autèntica” i “literatura per a
infants” (entre “arquitectura” i “castells de sorra” en els termes usats per
Rico de Alba, 1989), sinó que serà veure en quins textos i a quines edats són
apreses aquestes convencions.” COLOMER.
1994. L'adquisició de la competència literaria P.41
“Junto
con las agencias educativas que tratan de llevar el libro infantil hacia un
contenido meramente pedagógico, se encuentran también las que tratan de incidir
más en la educación literaria. Teresa Colomer titulaba un artículo emblemático
sobre LIJ “La literatura infantil i juvenil: una escala amb passamà” (la
literatura infantil y juvenil: una escalera con barandilla) (Colomer, 1996).
Más tarde desarrollaría esta idea en su libro también emblemático La formación
del lector literario (Colomer, 1998). Así pues, para Colomer esta función
formativa es la que ha de guiar el crítico en su análisis, pero la función formativa
desde el punto de vista de la educación literaria y lingüística de niños y
jóvenes. La educación literaria, desde su punto de vista, se da a través de un
itinerario de complejidad creciente fácilmente observable a través del aumento
y diversificación gradual de los modelos de género literario, las condiciones
de enunciación del discurso y la diversificación del tipo de desenlace. El
hecho de encontrarnos ante un producto artístico que evoluciona supone la
aparición de formas narrativas especialmente complejas desde el punto de vista
cognitivo, cosa que consideramos como una muestra de las diferentes sinergias
que confluyen en la LIJ.” MÍNGUEZ (2011) La definición de la
literatura infantil desde el paradigma de la Didáctica de la lengua y la
literatura.
Mendoza:
“Las obras de la Literatura Infantil y
Juvenil […] tienen valor y entidad en sí mismas, son entidades semióticas
de categoría estética y su funcionalidad no es necesariamente la de servir de
vía secundaria de acceso a la “gran literatura”; más bien hay que destacar y
matizar que sirven para formar al individuo como lector, en todo su valor,
precisamente porque en estas obras las cualidades semióticas de la (gran)
literatura ya está en ellas (p.12).” MÍNGUEZ
(2011) La definición de la literatura infantil desde el paradigma de la
Didáctica de la lengua y la literatura.
“La literatura infantil y juvenil tiene
como principal soporte el libro y, aunque la irrupción de la escritura
hipertextual fruto de las TIC pueda cambiar el modo de lectura, incluso las producciones
concebidas para el consumo en pantalla, siguen siendo herederas del libro. Además,
desde la irrupción masiva de la literatura infantil en nuestra sociedad, esta
se ha hecho un hueco en librerías, bibliotecas, escuelas, etc. con unos rasgos
muy determinados a través de los paratextos. Colecciones, ilustración, franjas
de edad, etc. definen la inmensa mayoría de lo que se conoce como LIJ y, también muy importante, de lo
que se estudia como LIJ. Es por eso
que consideramos primordial ceñir el campo de estudio de la LIJ, y disculpe el lector
la nueva perogrullada, a aquello que se considera habitualmente LIJ, es decir,
la rama de la literatura que tiene como lector modelo a la infancia y juventud.”
MÍNGUEZ (2011) La definición de la
literatura infantil desde el paradigma de la Didáctica de la lengua y la
literatura.
“Volvemos
a Rubió para parafrasear con algunas variaciones su conocida definición. La literatura infantil y juvenil, pues, es
aquella rama de la literatura dirigida expresamente al público infantil y
juvenil – un público en formación que necesita la adecuación del lenguaje y del
resto de recursos literarios para facilitar la comprensión – y que contribuye a
su educación literaria.” MÍNGUEZ (2011)
La definición de la literatura infantil desde el paradigma de la Didáctica de
la lengua y la literatura.
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